La Fiscalía pide prisión permanente para una madre acusada de matar a su recién nacido en Madrid
La Fiscalía de Madrid pide la pena de prisión permanente revisable para la madre que presuntamente mató a golpes a su bebé recién nacido en el barrio madrileño de Vallecas en 2012. El juicio se celebrará en los próximos días en la Audiencia Provincial de Madrid ante un jurado popular.
Según la Fiscalía, el filicidio tuvo lugar cuando en el domicilio familiar la madre dio a luz a una niña viva y con intención de acabar con su vida, siendo consciente de que se trataba de una recién nacida sin ninguna posibilidad de defensa, le produjo un mecanismo de asfixia en el cuello y le propinó múltiples y fuertes golpes que le produjeron la fractura de ambos parietales provocándole la muerte. Unas horas más tarde, Mayra I. arrojó a un contenedor de basura el cadáver de su bebé.
Así arranca el relato de un crimen descubierto gracias a una empleada del vertedero madrileño de Valdemingómez que diez días después halló el cadáver en una de las cintas transportadoras de esta planta de residuos.
Los especialistas del grupo VI de homicidios de la Policía Nacional pronto descubrieron que las heridas que presentaba la bebé podían corresponderse con una muerte violenta, más tarde la autopsia certificó que la niña había nacido con un hilo de vida y había muerto a causa de un traumatismo craneoencefálico por los golpes que le dieron.
Los policías acudieron rápidamente a los hospitales de Madrid para revisar los partos y las atenciones a mujeres que presentaran un cuadro compatible con un nacimiento reciente. No hallaron nada y el caso quedó pendiente en los cajones del grupo de homicidios durante ocho largos años.
La pista definitiva que ayudaría a resolver el caso llegó en los momentos más duros de la pandemia, cuando en 2020 la Policía Científica aprovechó la enorme bajada que experimentó la delincuencia en Madrid. Entonces, retomaron el caso, cruzaron el ADN con otros de casos sin resolver y consiguieron identificar al padre del bebé fallecido en 2012. Sólo faltaba encontrarle.
Los investigadores hallaron al padre en 2021, le siguieron hasta su domicilio y allí encontraron a Mayra y a dos hijos más. Un vistazo a su historial médico desveló que el último hijo había nacido en su casa.
La mujer confesó en el primer interrogatorio. Dijo que al término de su embarazo en 2012 pasaba por una mala relación con su pareja, amenazada de desahucio, sin dinero para pagar ni suministros ni alquiler. Según la acusada, la bebé nació muerta, y ella al ver que pasadas las horas no reaccionaba se deshizo de su cuerpo en un cubo de basura. Al juez instructor le contó lo mismo. Tanto la Policía como el juez descartaron que el marido, que no convivía en el mismo domicilio durante esas fechas, tuviera algo que ver con el presunto filicidio.
En unos días se sentará en el banquillo de los acusados y tendrá que explicar ante el jurado su versión de los hechos. Tendrá que enfrentarse a los informes de los forenses imparciales del juzgado, sus conclusiones son que la niña nació viva y murió por los golpes que recibió. A su favor, el informe forense que presenta su defensa que explica como la niña supuestamente nació en una condición de «no viabilidad», falleció de forma natural y los golpes fueron producto del trayecto en el camión de la basura y la manipulación de la misma en el vertedero.